Monday, July 23, 2012

NACE CAFE TIO CONEJO!!!!!

¿Cómo empezar a contar esta historia?

No se si echarle la ¡culpa! a los abuelos, o a nuestra contínua búsqueda de nuevos proyectos, o... ¿a ese pequeño caficultor que todos los Colombianos y Colombianas llevamos dentro?

Si usted es de  aquellos que alguna vez soñaron con tener una finca cafetera para tener una vaquita y un caballito, entonces este NO es el Blog adecuado para usted.

Si bien, ¡ese era más o menos nuestro proyecto al principio!

Todo empezó como algo más o menos inocente. Nosotros dedicados a sacarle un gol a la vida en los Estados Unidos y Esperanza, acompañando a Chila (Mamá Cecilia) en sus últimos años de vida, y con ganas de "inventarse" algo para hacer en Colombia... Así que un día le dije, "Ve, por que no mirás si por ahí hay una finca cafetera pequeña, para ver si ¡invertimos una platica en algo!"

Cualquier persona normal y avispada se imagina que buscar un finca es algo mas o menos tremebundo, implica conocer de tierra, de café, de transacciones de finca raíz, de contratar empleados, etc. Además, uno no puede comprar una finca con el corazón, sino con la cabeza y eso después de haber hecho cuentas, análisis, cavilaciones, investigaciones y demás. Por todas estas lógicas razones fué que compramos la primera finca que nos gustó, así, sin planeación, sin plata y sin tener la más mínima idea de qué íbamos a hacer con la tierra... y sin el conocimiento.

Pero la suerte nos ha acompañado siempre, fué una suerte que vinieramos a los Estados Unidos durante una bonanza y una suerte que hubiéramos decidido vivir en Maryland, en donde ser veterinario es una buena elección. Una suerte tener a Esperanza en un período de transición, y una suerte enorme que Tato y Pilar nos hubieran ayudado tanto con las niñas. Una suerte fué haber escogido el café como producto y a Manizales como ciudad...... en otras palabras somos SUERTUDOS.

Sin embargo, déjenme contarles que la suerte ¡requiere MUCHO trabajo!!! De otra manera las cosas no estarían corriendo como corren, pues a ese 10% de suerte, se le sumaron 90% de esfuerzo y todo salió adelante.... ¡fácil!

En fin de cuentas, compramos lo que sería la semilla original de Café Tío Conejo y en donde hoy en día hacemos el beneficio y el procesamiento de todo nuestro café. Esta finca se llama La Casa del Girasol y además de ser nuestro centro operativo, es el lugar en donde vive nuestro ángel guardian y su familia.

Y ¿quién es ese ángel? Su nombre es John Jairo, un hombre de campo, tolimense y una de las personas más íntegras que hemos conocido en toda nuestra vida, sobrepasado únicamente por su padre don Eulises, quien además es hoy otro de nuestros colaboradores, ... pero me estoy adelantando a la historia.

Todo empezó, como decía, con la compra de la finca "La Casa del Girasol". Viéndola en retrospectiva era francamente un arrimadero muy feo, con una casa medio caída y con más goteras que un colador viejo. 6000 matas de café Caturra, tres vacas... y ¡potreros y pasto por todos lados! Aún así, nuestros sueño de tener una tierra cafetera se había hecho realidad y como suele suceder con nosotros, le dedicamos un montón de recursos humanos, intelectuales y económicos, hasta convertirla en una buena finca cafetera.

En solo un año y bajo el tutelaje de John Jairo, no sólo reconstruimos la casa, rehicimos la cocina y le dimos dignidad a las habitaciones de John, Sonia y su hija Paula Andrea, sino que limpiamos los lotes de pasto y empezamos la creación de nuestro primer semillero y almácigos, levantados con semilla de Caturra traída desde Fresno en el Tolima. Esas semillas hoy son nuestros lotes de producción futura, son la promesa de un café de buena calidad para el año 2014.

Las primeras experiencias no cafeteras en La Casa del Girasol, incluyeron la siembra y comercialización de alverjas, la crianza de pollos de engorde y la crianza de vacas, digo mejor "vaca", para la producción de doble propósito. Y en todos ellos se llegó a la misma conclusión, la nuestra es una finca cafetera y ¡nada más!

La Casa del Girasol ha sido el lugar natural de soporte y creación del proyecto de Café Tío Conejo. Allí vivímos nuestros primeros amaneceres campesinos y hemos desarrollado todas nuestras ideas de producción, selección, procesamiento y comercialización. Gracias a la solidez conceptual de nuestras primeras letras cafeteras, hemos logrado crecer nuestro entendimiento de los procesos productivos y por sentir dicha solidez y tomando ventaja de la capacidad económica de Esperanza, adquirimos 3 predios adicionales, que en conjunto han creado la tierra productiva y de vivienda del equipo Café Tío Conejo.

La primera adquisición fue la finca de Doña Margarita, que ha sido renombrada "Santa Chila". Un lote productivo de Café, Aguacate, Guamas y Guaduas.

Después y con ciertos toques de maquiavelismo, compramos simultáneamente los predios de la llamada Tomatera, rebautizada ahora como Altos del Tio Conejo, y la Muela, a la que ahora llamamos el Refugio del Negro Chenán.

Cada una de estas propiedades ha aportado bien sea café, tierra, plátano, banano, guadua o lugares de vivienda, y es con esos predios en mente y con una visión optimista del futuro que hemos iniciado nuestro proceso de consolidación del proyecto Café Tío Conejo a través de tres frentes generales.

1- Renovación o establecimeinto de cafetales.
2- Mejoramiento del proceso productivo del café.
3- Implementación de procesos de valor agregado y comercialización (Nacional e Internacional)

Café Tío Conejo es un proyecto familiar que de ser posible puede ser replicado a nivel de finca y que puede generar en el futuro un modelo de mercadeo que beneficie a otros pequeños productores a través de una cooperativa de comercialización.

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